Ariel es un pordiosero sucio, muy sucio por fuera, pero limpio, demasiado limpio por dentro. Esporádicamente asiste a misa con una devoción y respeto envidiables. Cuando entro al templo y veo que está Ariel, inmediatamente se que ese día el sacerdote no nos pedirá que nos demos mutuamente la paz.
Pedro Pablo Lorca
viernes, 7 de agosto de 2009
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esta genial pepa
ResponderEliminarsantiago en 100 palabras?
Quizás... xD!... Aunque lo dudo mucho xd!
ResponderEliminarComparto, está muy pa Santiago en 100 palabras.
ResponderEliminarY fuera de esto también. Me gustó mucho.
me gustan tus microcuentos ;)
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