jueves, 1 de octubre de 2009

Doce extractos de Doce cuentos de Cortázar...

Casa Tomada ( Bestiario):

"Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la mas ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia."

Carta de una señorita en Paris (Bestiario):

"Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará."

Las puertas del cielo (Bestiario):

"A las ocho vino José María con la noticia, casi sin rodeos me dijo que Celina acababa de morir. Me acuerdo que reparé instantáneamente en la frase, Celina acabando de morirse, un poco como si ella misma hubiese decidido el momento en que eso debía concluir. Era casi de noche y a José María le temblaban los labios al decírmelo."

No se culpe a nadie (Final del juego):

"El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irseencerrando, alejando".

Las babas del diablo (Las armas secretas):

"Nunca se sabrá cómo hay que contar esto, si en primera persona o en segunda, usando la tercera del plural o inventando continuamente formas que no servirán de nada. Si se pudiera decir: yo vieron subir la luna, o: nos me duele el fondo de los ojos, y sobre todo así: tú la mujer rubia eran las nubes que siguen corriendo delante de mis tus sus nuestros vuestros sus rostros. Qué diablos."

Una flor amarilla (Final del juego):

"Parece una broma, pero somos inmortales. Lo sé por la negativa, lo sé porque conozco al único mortal."

Después el amuerzo (Final del juego):

"Después del almuerzo yo hubiera querido quedarme en mi cuarto leyendo, pero papá y mamá vinieron casi en seguida a decirme que esa tarde tenía que llevarlo de paseo."

Axolotl (Final del juego):

"Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl."

Simulacros (Historia de cronopios y famas):

"Somos una familia rara. En este país donde las cosas se hacen por obligación o fanfarronería, nos gustan las ocupaciones libres, las tareas porque sí, los simulacros que no sirven para nada.Tenemos un defecto: nos falta originalidad. Casi todo lo que decidimos hacer está inspirado -digamos francamente, copiado- de modelos célebres. Si alguna novedad aportarnos es siempre inevitable: los anacronismos o las sorpresas, los escándalos. Mi tío el mayor dice que somos como las copias en papel carbónico, idénticas al original salvo que otro color, otro papel, otra finalidad. Mi hermana la tercera se compara con el ruiseñor mecánico de Andersen; su romanticismo llega a la náusea."

Tía en dificultades (Historia de cronopios y famas):

"¿Por qué tendremos una tía tan temerosa de caerse de espaldas? Hace años que la familia lucha para curarla de su obsesión, pero ha llegado la hora de confesar nuestro fracaso."

Maravillosas ocupaciones (Historia de cronopios y famas):

"Qué maravillosa ocupación cortarle la pata a una araña, ponerla en un sobre, escribir Señor Ministro de Relaciones Exteriores, agregar la dirección, bajar a saltos la escalera, despachar la carta en el correo de la esquina".

Progreso y retroceso (Historia de cronopios y famas):

"Inventaron un cristal que dejaba pasar las moscas. La mosca venía, empujaba un poco con la cabeza y pop ya estaba del otro lado. Alegría enormísima de la mosca".

viernes, 28 de agosto de 2009

Eres Tú

Baila, a través de mis cariños, del querer intenso y los sueños tardíos, danza conmigo, juntos en esto que se llama pasión y sabe a amor.

Te acaricio con sonrisas y te miro con ternuras, quiero conquistar pasiones y corazones... pero me conformo con amarte.

Recorro lenta tu piel de deseos, muriendo por llegar a tus labios, , llega el ruido de los besos y la paz de la pasión, no es un sueño, sigues estando ahí para amarte.

No tengo derecho a amarte, aunque te ame, no puedo quererte, aunque te quiera, ni puedo hablarte... porque ni me conoces aunque muera por ti.

Pedro Pablo Lorca

sábado, 22 de agosto de 2009

Sigo Vivo

Es como cuando lees un cuento de Cortázar, y te das cuenta que no ha sido en vano.

Es como cuando lees un libro de Kafka, y sabes que no todo es lo que parece a simple vista.

Es como cuando lees un manuscrito de Verne, y te asombras de los sueños ideados con letras.

Es como cuando te levantas una mañana, sin saber que mierda escribir, para dar a conocer al mundo que aún sigues vivo.



Pedro Pablo Lorca

sábado, 15 de agosto de 2009

Todo fue un sueño

Estaba en pleno Paseo Ahumada solo. No había ni un alma cerca mío. De repente, se escucha un grito ensordecedor, y luego un estruendo. Miré hacia atrás, y vi como el Monstruoso Santiago venía por mi.

Grité como nunca antes lo había hecho, y apreté raja para salir corriendo. Llegaba a Santa Lucía, y veia como el Monstruo devoraba la hermosa vegetación que allí se encontraba, transformándola en acero, cemento y mierda. Corrí con mas fuerzas, hasta que me encontré con una gigante Oruga Verde. La miré a sus ojos alógenos, y le dije: "Oruga Verde, llévame donde el Monstruo no me alcanze"... Y esta me respondio "Lo siento, pero no tengo espacio para ti, espera a mi hermana que llegará en tres horas más a este mismo lugar"... La miré con odio y seguí corriendo. Al llegar a Plaza Italia, el Monstruo ya no estaba. Giré completamente sobre mi para tener vista de todos los ángulos, sin ver al Monstruoso Santiago, hasta que en un instante, me di cuenta que estaba parado sobre el.

Me carcomía de a poco. Me transformaba, quitándome mis colores, mi pasión, mi alegría y mi razón. Dejñandome grisáceo y duro, como una piedra (Pedro?)... No podía gritar ni huir, el Monstruoso Santiago me tenía atrapado... Y transformado.

Luego con un suspiro, desperté en mi cama. Miré mis manos y mi almohada. Todo había sido un sueño. El Monstruoso Santiago todavía no había llegado a mi casita del Cerro.




Pedro Pablo Lorca

miércoles, 12 de agosto de 2009

Producto Simétrico

111.111.111 x 111.111.111 = 12.345.678.987.654.321

Y no hay forma que una vida sea igual de simétrica y curiosa.




Pedro Pablo Lorca

lunes, 10 de agosto de 2009

Eso es...

No quiero dejar de besarte, nunca me quiero separar de esos labios que me quitan la vida

No quiero dejar de tocarte, mi imaginación no basta para suponer lo que haría mi corazón si alguna vez mis manos se alejan de tu cuerpo.

No quiero dejar de hacerte mía, una y otra vez, hasta el final de los tiempos, de la eternidad.

Crear “esa” felicidad que solo nosotros dos conocemos, que nosotros dos entendemos, que nosotros dos amamos.

Más que ese sentimiento, es ese ardor, ese calor y esa pasión, que se siente cada vez que nos levantamos, y nos preguntamos quiénes son esos extraños en el espejo usando nuestros pijamas.



Pedro Pablo Lorca

El Divino y El Infernal

En la época de las Artes y los Descubrimientos, el Pintor, Arquitecto, Ingeniero e Inventor, Leonardo del Piero Da Vinci, creaba una de sus más grandes obras pictóricas, "La Última Cena".

Leonardo, al no tener una idea de cómo recrear el rostro de Jesús y sus Apóstoles, tuvo que buscar entre la juventud de Virginia modelos de los cuales ocupar su rostro para reemplazarlos por el rostro de los Apóstoles. Encontró los rostros que necesitaba para casi todos sus entes que se encontraban en la pintura; excepto para dos: Jesús, el cual requería un rostro varonil, inverosímil ante circunstancias adversas, pero a la vez que su implante demostrara compasión, amor, entrega; y también faltaba el rostro del mismísimo Judas Iscariote, el cual debía representar en sus rasgos la desdeña, la traición, la maldad humana, lo vil que un ser podía llegar a ser.

Al fin, después de una ardua búsqueda, encontró al joven que poseía el rostro de Jesús que el Maestro da Vinci buscaba. Lo retrató, y el cuadro quedó inconcluso, sin el rostro de Judas, por varios años. Hasta el día en que le llegó la noticia de que un prisionero nuevo se encontraba en la Cárcel de Virginia. El preso había sido encarcelado bajo los cargos de estafa, traición, asesinato. El Maestro, al saber esto, se dirigió a la Cárcel en donde habló con el Carcelero para que este le "prestase" al prisionero para retratarlo. El Carcelero, al darse cuenta que el mismísimo Maestro da Vinci era quién le pedía tal favor, no demoró en aceptar.

Así, el preso, acompañado de dos guardias bien armados, se dirigió al taller del Maestro. Allí, da Vinci le pidió al preso que posara para él, a lo cual el reo aceptó con un ánimo poco usual y con una vitalidad bastante desgastada.

El Maestro al terminar por fin el cuadro, lo dio vuelta para mostrarlo al preso. Los ojos de este al ver la pintura recién fresca, se llenaron de lágrimas que no podía contener.El Maestro quedó perplejo al ver tal muestra de tristeza. Al instante, el preso se dirigía al Maestro diciendo:-Maestro... ¿Es que usted no se acuerda de mí?- Dijo en tono melancólico-No, nunca nos hemos cruzado en vida- Respondió el Maestro.

El preso, al escuchar esas palabras, rezongó y continuó llorando. Al cabo de unos instantes, en los cuales inspiraba un dolor y una tristeza dignas de un condenado al Infierno, dijo:-Yo soy el joven que hace 19 años posó para usted para el rostro de Jesús- dijo el condenado. Dicho esto, bajo la cabeza mientras cerraba los ojos y continuó en su agonía.

Cuento Ganador 1º Lugar Concurso de Cuentos CAIN 2009



Pedro Pablo Lorca

sábado, 8 de agosto de 2009

Buscando Chile

Me subí a una oruga desde la esquina de mi casa que iba en dirección al Centro. Cuando llegué, me monté sobre un perro hacia la Plaza de Armas. Luego, y en medio del tumulto de gente, me subí sobre una paloma para ver la ciudad desde las nubes. Me encontré con muchos amigos, Inés, Eulogio y José, quienes habían hecho el mismo recorrido que yo. Todos buscábamos a “Chile”, ese lugar donde las orugas, perros , palomas y gentío abundan; cansados de no encontrarlos cerca de casa.



Pedro Pablo Lorca

viernes, 7 de agosto de 2009

Todo depende si está

Ariel es un pordiosero sucio, muy sucio por fuera, pero limpio, demasiado limpio por dentro. Esporádicamente asiste a misa con una devoción y respeto envidiables. Cuando entro al templo y veo que está Ariel, inmediatamente se que ese día el sacerdote no nos pedirá que nos demos mutuamente la paz.



Pedro Pablo Lorca

Ayer y Hoy

Ayer cuando me desperté... Pensé que sería un buen día

Ayer cuando te imaginé... Creí estar en el Cielo por un segundo
Ayer cuando te encontré... Creí que un Ángel había caido del paraiso
Ayer cuando te miré... Supe que el Sol también salía de noche
Ayer cuando te toqué... Supe que la porcelana puede tener vida
Ayer cuando te dejé... Supe que con un suspiro me derrumbo
Ayer cuando soñé... Tuve la esperanza que el día se repitiera.

Hoy cuando me desperté... Tu estabas muerta.



Pedro Pablo Lorca

jueves, 6 de agosto de 2009

Yo controlo el clima

Yo controlo el clima. Todos los días, a las 4 de la mañana, un hombrecillo desciende sobre una nube y se posa sobre mi cama. Cuando me ve, hace un sonido de campana y me despierta, preguntándome como me siento para el día que me acompaña.

Lo miro fíjamente a los ojos, miro mis manos de reojo, veo por la ventana a la luna, y escucho al gallo en la laguna. Lo miro nuevamente. y le digo: "Me siento bien hombrecillo, sal ahí y despéjame el cielo, para salir con mi amada por el mundo entero"... Dicho y hecho, el hombrecillo discipa todo el cielo, y pone un punto gigante (al cual llamo Sol) que me da calor y me ilumina la razón.

Pero no todos los días son así, mi dulce amor. A veces el hombrecillo viene de malas, y me despierta ahogándome con su nube; y en épocas así, le digo: "Ándate, hombrecillo del demonio, llévate tu nube a otro pandemonio, no vaya a ser que las nubes y los rayos te alcancen, porque de ser así, saltaras como un alce"... Dicho y hecho, el día nublado no lo saca "naiden", calles inundadas y pies mojados, todo porque el hombrecillo mal se ha portado.

Así es todas las noches, a las 4 de la mañana. El hombrecillo me despierta y me levanta, preguntándome y agítandome, para que yo elija, el día que me acompaña.



Pedro Pablo Lorca

miércoles, 5 de agosto de 2009

Mitos Suertudos

Nací un martes 13. “No te cases ni te embarques” dice el refrán; le hice caso, no me casé y estuve cuarenta años sentado detrás de un escritorio como empleado fiscal. Hoy estoy solo, viejo y con una jubilación paupérrima, pero aún celebro mi cumpleaños.



Pedro Pablo Lorca

Alguna vez...

¿Alguna vez conversaste con tu almohada sobre tu insomnio?
¿Alguna vez conversaste con tus zapatos sobre tu dolor de pies?
¿Alguna vez conversaste con tus manos sobre tu torpeza motriz?
¿Alguna vez conversaste con tu estómago sobre tu obesidad?
¿Alguna vez conversaste con tus ojos sobre tu miopía?
¿Alguna vez conversaste con tus piernas sobre tu flojera?
¿Alguna vez conversaste con tus oidos sobre tu sordera?
¿Alguna vez conversaste con tu cabello por esas canas?
¿Alguna vez conversaste con tu corazón por ese vacio?
¿Alguna vez conversaste con tu mente sobre tus ideas?
¿Alguna vez conversaste con tu cara por tu fealdad?

Yo tampoco.



Pedro Pablo Lorca

La Luna

Algunas noches, la Luna se acuesta conmigo. Entra por mi ventana y se acurruca junto a mi brazo como cuál niño se acurruca en el seno materno.

Derrama sus lágrimas de queso por las mejillas de cristal, contándome acerca de sus amores con los cuáles no puede estar. Llora y llora, rie y rie, en nuestra propia fiesta, nuestro propio bar, solo los dos, en mi cama, nadie más.

Se queda dormida en mi regazo, suspirando en mi cuello, besándolo. Siento su ternura, percibo con mis manos los cráteres de su cara, siento como se entumece, al presionarla con mis brazos, con mi cuerpo.

De repente, llega una estrella a mi lado; con su fulgor, nos despierta, y dirigiéndose a mi acompañante le dice: "Luna, el mar te aclama, los peces te llaman, las estrellas te necesitan, el sol brama, el cielo reclama, y tu no estabas, en ningún lugar, mi amada".

¡Rapidito rapidito! La Luna se levanta, me da un beso espantada y se larga. No se da cuenta, que a larga, volverá a mis brazos, a mi, con toda su pena, sus lágrimas de queso, su color marfil... Con la misma cara larga.

Pedro Pablo Lorca